Esta semana voy a intentar
responder a una de las preguntas que me han surgido en la mente tras ver en
clase el vídeo “Cuatro ojos”.
¿Vemos realmente lo que queremos
ver? La respuesta a esta pregunta no está del todo muy clara ya que depende de
muchos factores. En el vídeo, el niño cuándo se ponía las gafas, veía el mundo
tal y cómo lo vemos nosotros, pero este a él le resultaba muy aburrido, por eso
cuando se las quitaba, todos los objetos tomaban vida y le daban una alegría a
su vida que a él le parecía de lo más divertido. Este “juego” provocó que el
niño se perdiera, por lo que recibió una reprimenda de sus padres. Este hecho
provocó que se pusiera las gafas siempre y se vida se volviera amena y triste. La
experiencia de este niño puede estar provocada por su edad, ya que es una
persona inmadura e infantil, y lo que único que quiere es jugar y vivir una
vida de fantasía. Otras veces el problema viene porque estás en total
desacuerdo con la vida que te ha tocado vivir. No te gusta lo que ves y por eso
creas un mundo en el que te encuentras bien para estar en total armonía contigo
mismo.
Después de ver este vídeo me da
la impresión que todo lo que vemos a nuestro alrededor es fruto de nuestra
imaginación. Cada uno ve lo que quiere porque le conviene y le gusta. Si estás
a disgusto con tu entorno, como este niño, puedes crear tu propio mucho en el
que estés feliz y además no molestas a nadie.
Un punto totalmente distinto
sería pensar en la crisis. Nadie quiere vivir con crisis en el mundo, pero no
puedes hacer nada para evitarlo y por eso tienes que enfrentarte a tu mundo “cara
a cara” y no evadir los problemas que hay en torno a ti.
En resumen, casi nunca vas a ver
lo que tú quieras, siempre habrá algo que te incomode pero, por el contrario, a
veces podrás crearte tu propio mundo en el que nada te incomode y te encuentres
bien, pero cuando no puedas, tienes que enfrentar la realidad tal y como viene
y no “arrugarte” ante ello.
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